La Peña del Rey Moro es uno de los lugares más especiales de la ciudad. Sobre todo por la impresionante vista que desde ella puede contemplarse. Además, es un lugar que está rodeado de cierto misticismo, seguramente por la historia que lo envuelve.
La existencia de una sepultura tallada en la roca motivó la preciosa leyenda que narra la triste historia de amor entre el príncipe musulmán Abul Walid y su amada Sobeyha. Según la misma, el joven se habría convertido en piedra para poder observar eternamente la ciudad donde ella había muerto. Una magia que podremos apreciar si acudimos al lugar a ver la ciudad.
Llegar a la Peña del Rey Moro
Para llegar esta peña, hay que ir por la carretera de circunvalación y llegar hasta la Ermita de Nuestra Señora del Valle. Allí se puede dejar el coche durante el tiempo que dure nuestra visita. Tras cruzar la carretera, podremos subir por un camino que hay cerca del desvío que lleva hasta el Parador Nacional.
Una vez en la cima de la Peña del Rey Moro podremos obtener una visión panorámica de Toledo. Destacan dos edificios especialmente: el Alcázar y la Catedral Primada. Se puede ver todo el casco histórico y disfrutar del entorno, porque es increíble. En los días de verano el calor puede ser un problema a la hora de acceder y permanecer en el lugar. En invierno el problema es, lógicamente, el frío. En días de lluvia es aconsejable no ir, porque el terreno puede ser muy resbaladizo.
La visita es recomendable a cualquier hora del día, tanto cuando luce el sol como al atardecer. Sin embargo, es por la noche cuando se pueden obtener unas imágenes increíbles de la antigua ciudad. Los amantes de la fotografía disfrutarán sin duda alguna de ese momento.